EMPEZAMOS EL AÑO CON MARÍA


Con María


En estas fechas, y porque el tiempo discurre imparable como el curso de un río, nos deseamos todo lo mejor. Intentamos mudar de hábitos, de forma de ser, restablecer amistades perdidas, entrar con buen pie –en definitiva- en esta oportunidad que Dios nos da con abundancia de días en el año nuevo.

El Papa, desde Roma, imparte la Bendición Urbi et orbi. La Iglesia, sabe y desea que en el nuevo fluir de la historia (que es un año nuevo) Dios acompañe nuestro caminar.

Por ello, al comienzo de estas palabras, no puedo menos que desearos: ¡ENTREMOS CON BUEN PIE EN EL AÑO NUEVO!

1.Si la Navidad, ya nos sorprendió con algo sabroso y bueno (el amor de Dios en Jesús), en el primer día del Año Nuevo brilla Aquella que, a la sombra de una gruta, fue portadora de la Vida y de la Verdad: María, que se abrió sin reservas a lo nuevo, a lo desconocido. ¿Cómo? Dejándose conducir por Dios.

En la primicia de este nuevo año la agasajamos: ¡Felicidades por ser Madre de Dios y Madre nuestra! ¡Felicidades María! ¡Ayúdanos a entrar con buen pie, y por rectos caminos en este nuevo año que se nos presenta con diversos interrogantes, incógnitas, desconciertos, incertidumbres o necesidades. ¡Ayúdanos Santa María!

María, aunque Jesús es la LUZ, sabemos que nos va franqueando en el camino para seguir a Jesús o encontrarnos con El. Con tan buena anfitriona (situada en el pórtico del nuevo año) ¿a quién temer? ¿Por qué temer? Ella, como Madre de Dios y Madre nuestra, guía nuestros pasos, sopla a nuestros oídos, anima y alienta nuestra esperanza.

No es lo mismo ir deshojando el calendario dependiendo de nosotros mismos que, el hacerlo, bajo el amparo de una mujer que ha sido bendecida, tremendamente honrada por el mismo Dios.

2.”El Señor está contigo” Fue el saludo del ángel San Gabriel. Mira por donde, en el nuevo año..Santa María se viene con nosotros. Digámosle desde lo más hondo de nuestras entrañas, con confianza y sin fisuras: “El Señor está contigo….que estés, Tú también Madre, con nosotros”.

Desconocemos lo qué va acontecer en este año 2011. Lo que sí sabemos es con quién podemos caminar y contar: con Dios, con Jesús, con el Espíritu y…con María.

No sabemos a ciencia cierta, qué nos fallará y quién nos faltará en los próximos doce meses, lo que sí podemos estar seguros es de una cosa: ¡Dios no nos va a dejar de lado!

Hoy, junto al clásico “Feliz Año Nuevo,” tendríamos que recuperar, y sin arrojo exclamar : ¡DIOS TE BENDIGA! ¡DIOS TE PROTEJA! ¡FELIZ AÑO CON DIOS!

Porque, el uno de enero, da lugar al dos y, el dos de enero al tres…y así sucesivamente. ¿Dónde quedarán los buenos deseos? ¿Tal vez en meras aspiraciones de unas horas de euforia?

Que María acompañe nuestro devenir y que, estos próximos 365 días, sean de verdad nuevos, limpios, cristianos, sembrados de alegría, de bondad y de no dejar a un lado a Aquel que nos los regala: DIOS CON NOSOTROS.

Que Santa María, Reina de la Paz, inspire también a nuestros gobernantes y a nosotros mismos, los mejores deseos de trabajar por una paz firme y duradera.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros ahora y siempre. Por los siglos de los siglos. Amén.


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